Solía tener bastante sobrepeso y estar fuera de forma, así que un día decidí dar el paso y unirme a Gimnasio de oro que está cerca de mi lugar de trabajo.
Al principio, no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo. Simplemente iba al gimnasio y usaba cualquier equipo disponible. Pero después de algunas sesiones, me di cuenta de que necesitaba idear un plan si quería ver resultados reales.
Entonces, investigué un poco y elaboré una rutina de ejercicios que me ayudaría a perder peso y tonificar mi cuerpo. Déjame compartir mi experiencia contigo en este post.
Seguir una rutina
Empecé a ir al gimnasio 3 días a la semana, y dedicaba alrededor de una hora y media cada sesión. Comenzaría con algo de cardio, generalmente en la caminadora y haría unos 30 minutos de cardio de intensidad moderada para recuperar mi ritmo cardíaco levantarse y quemar algunas calorías.
Después de esto, pasaría a entrenamiento de fuerza, alternando entre ejercicios para la parte superior e inferior del cuerpo.
Seguimiento de los progresos
Empecé a llevar un registro de mi peso y medidas, y me pesaba una vez a la semana. Me medí la cintura, las caderas y los muslos cada 2 semanas. Los números me ayudaron a mantenerme motivado y ver el progreso que estaba logrando, incluso cuando los cambios no eran visibles de inmediato.
seguir con eso
No siempre fue fácil seguir mi rutina de ejercicios. Había días en los que simplemente no tenía ganas de ir al gimnasio. Pero me recordé a mí mismo mis objetivos y lo lejos que había llegado. También me aseguré de mezclar las cosas y probar nuevos ejercicios para mantener mis entrenamientos interesantes.
Los resultados
Después de tres meses de apegarme a mi rutina de ejercicios, había perdido 20 libras y varias pulgadas de cintura, caderas y muslos. Me sentí más fuerte y con más confianza, y supe que había hecho un cambio positivo en mi vida.
No siempre fue fácil, el trabajo duro y la dedicación valieron la pena al final.
Mi guía personal “Comer para bajar de peso”
Al comienzo de mi viaje de pérdida de peso, eliminé toda la comida chatarra, Bebidas azucaradas, y los alimentos procesados de mi dieta y me concentré en comer alimentos enteros y ricos en nutrientes que alimentarían mi cuerpo y respaldarían mis objetivos de pérdida de peso.
Una de las cosas más importantes que hice fue planificar las comidas. Pasaría algunas horas todos los domingos planeando mis comidas para la semana siguiente. Esto me ayudó a mantener el rumbo y evitar tomar decisiones impulsivas en lo que respecta a la comida.
Además de la planificación de comidas, también me aseguré de desarrollar hábitos alimenticios saludables. Comería comidas pequeñas y frecuentes a lo largo del día para mantener mi metabolismo en marcha, y me aseguraba de tomar un desayuno rico en proteínas todas las mañanas para mantenerme llena y satisfecha.
Bebí mucha agua durante todo el día, ya que la hidratación es clave cuando se trata de perder peso. Intentaría beber al menos 8 vasos de agua al día, y también tomaría té de hierbas por las noches para ayudarme a relajarme y descansar.
Otro aspecto importante de mi proceso de pérdida de peso fue el control de las porciones. Medía mi comida y me aseguraba de que estaba comiendo las porciones adecuadas. Esto me ayudó a evitar comer en exceso y a mantenerme al día con mi la pérdida de peso .